fusión vibracional de libertad, presencia auténtica y conexión
En la acústica y la física, la resonancia significa que dos cuerpos que tienen libertad para vibrar crean una relación el uno con el otro. Es una necesidad y habilidad humana básica. Podemos ser resonantes con otra gente, incluso con grupos, con actividades (creativas), con cosas, con la naturaleza, con el arte, con la espiritualidad. Dado que todo vibra, podemos, en consecuencia, entrar en resonancia con todo. La resonancia significa que hemos sido tocados o movidos. Algo me ha alcanzado.
Una transformación está ocurriendo
Resonancia no significa consonancia, armonía o unísono. La resonancia ocurre entre la disonancia y la consonancia. Se trata de ser tocado y la respuesta que se da a ello, emocional, física y mentalmente. Así pues no tiene como objetivo el crecimiento o la mejora. Al contrario, es la base del mindfulness y la deceleración. Se trata de contactar con uno@ mism@ y el mundo de manera diferente, transformándose.
La resonancia no se puede planificar
Las relaciones de resonancia no se pueden establecer sistemáticamente. No podemos estar segur@s de que la resonancia ocurrirá. No la podemos forzar. Una situación de resonancia no se puede incrementar, mejorar ni guardar. Cuando resonamos con algo o alguien, no sabemos lo que saldrá de eso.
La resonancia presupone el estar en confianza y libre de intención
El principio de resonancia contradice la orientación hacia la meta, la eficiencia y la efectividad. En tiempos de aceleración y auto-optimización, de todas maneras, las relaciones de resonancia se quedan en la estacada. La gente que está en el miedo, bajo estrés o presiones acerca de la puntualidad o competitividad, no puede involucrarse en ellas. Si queremos entrar en resonancia con la gente, ello significa que inicialmente confiemos l@s un@s en l@s otr@s sin ninguna otra intención.
En la resonancia, nos involucramos en procesos cuyo resultado desconocemos